Yo ya estaba allí, sentado en mi butaca, observando el infierno en el que se había convertido el motín de la desdichada cárcel de Zamora. Donde un nuevo funcionario de prisiones vio destruida su vida de la manera más aberrante, donde lo que en principio parecía un nuevo trabajo esperanzador, terminó por ser el final de una vida marcada por la tragedia....Seguro que el no quiso estar allí.
lunes, 1 de marzo de 2010
ALFREDO MAS
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