Y ahí estaba yo, tan solo, tan triste, esperando a que mi dichoso móvil sonara de una vez por todas, pero pasé toda la noche en vela , mirando el móvil y me decepcionaste. No fuiste capaz de llamarme. Me rompiste el corazón, no fuiste ni siquiera capaz de enviarme un sms, pidiendo perdón por aquello que hiciste. Me traicionaste, y no te arrepentiste. Me duele decirlo pero no volveré a enamorarme.
José Abilio Vilella Pérez
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