lunes, 1 de marzo de 2010

ALEJANDRO IVÁÑEZ

Ahí estaba yo cuando vino ella...

Entonces le dije… quieres la verdad ¿No?
-Sí, eso es lo que quiero.
-¿Segura?
-Muy segura
-Bien, esta es la verdad- dije poniéndome de frente a ella –En este momento tengo cosas que requieren más atención que tu, en este momento de mi vida tu eres solo un beneficio segundario del que puedo sacar provecho cuando así lo requiero.
Sus ojos se llenaron en lágrimas y se alejó sin decir nada. Aunque no me sentí bien al decirlo, era necesario que, lo que sentí tantas veces durante tantos años, tu lo sintieras por lo menos una vez, era lo justo… desde mi punto de vista.

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