miércoles, 3 de marzo de 2010

BORJA MAURICIO

Yo ya estaba allí, cuando capturé tan solo un instante de ese dulce ocaso, con sabor a jazz, iluso de mí, creí encontrar la perfección armónica, entre el equilibrio de lo existente y creí poder cambiar aquel momento tangible en algo más. Pero me di cuenta, que el hombre, por mucho que desee mejorar la belleza de lo existente, se aleja cada vez más de lo más puro, a esto lo llamamos arte. Quizás soñadores, entendamos belleza por perfección.

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